Luego de obtener algunas referencias sobre nuestro destino, en cuanto a los elementos que lo constituían como paisaje, emprendimos viaje dirección a Las Dichas, pueblo perteneciente a la Comuna de Casa Blanca.
Nuestra primera parada se efectuó en la intersección del camino La playa (F-844) y el viejo camino a Valparaíso (F-840). El camino La Playa fue utilizado por las personas desde hace muchas décadas, ya que conducía a la gente del interior hacia el litoral y por ende al “recurso sal”, recurso económico de vital importancia durante la colonia. Es un camino original, y aunque las rutas se van mejorando a medida que se requieren más servicios, se mantiene muy parecido a lo que fue en un comienzo. A un costado de dicha ruta se encuentra una de las primeras plantaciones artificiales de Chile: una plantación de eucaliptos que como muchas otras fueron impulsadas en la década del 30.
Fue ahí entonces, que inmersos en el paisaje, se facilitó el aprendizaje de diversos antecedentes que conforman piezas importantes en nuestra investigación, ejemplo de ello es la historia: Las Dichas se formó como un pueblo de camino, pues, era un punto de intersección entre el camino y el estero, aquel lugar sirvió como sitio de descanso, en el que se detenían las carretas, momento para que las “vestías” de carga o arrastre tomaran agua, también para que reposaran y repusieran las personas para continuar el trayecto. Los individuos al pararse a un costado del estero, se percataron que en él había oro, pues entonces, comenzó a difundirse dicho lugar y fue de gran éxito (hablamos del siglo XVI y parte del siglo XVII, donde la economía giró en torno a la minería aurífera). De éste relato viene su topónimo “Las Dichas”, pues, para cualquiera era grato transcurrir a dichos terrenos. Es necesario que recalquemos la importancia de la accesibilidad, puesto que es ella la que articula el territorio, por lo demás, permitió que por éste lugar pasara una ruta desde la cual se comenzó a sacar provecho a los recursos encontrados a un costado del camino, y es así como aparecen los asentamientos.
No desligándonos de la historia, pero incluyendo más el paisaje, pudimos ir retirando capas o elementos presentes en él, los cuales nos llevan a discernir hechos, actividades, acciones culturales, sociales o económicas efectuadas en algún periodo, tiempo, década o siglo vivido en Las Dichas. Fue cosa de mirar a nuestro alrededor, y vimos valles cultivados, de lo que inferimos actividades económicas propias del territorio. Encontramos viñas, ubicadas en aquel lugar gracias a las condiciones óptimas de clima, suelos y relieve. El valle de Casa Blanca en general tiene la propiedad de que puede sacar provecho a sus acuíferos (un ejemplo de ello es la Planta de Agua Porvenir), lo cual es un recurso del subsuelo que facilita el desarrollo del regadío, ya que si bien se utilizaron los embalses construidos en la década del 30 bajo el gobierno de Ibañez, en la década siguiente se descubrió que era mucho más económico y expedito utilizar las aguas transportadas por profundidad.
También, descubrimos las diversas etapas y usos que han tenido los suelos que nos rodeaban, siendo el primer periodo marcado por la búsqueda del oro: en los esteros que atravesaban los valles se buscó oro principalmente durante el siglo XVI, en el que la actividad giró en torno a la minería aurífera. Luego, en el siglo XVII Y parte del XVIII la actividad económica que predominó sobre éstos suelos fue agrícola cuya esencia fueron las plantaciones de cereales como el trigo. Debido a la intensiva plantación en el suelo, éste al no tener descanso por rotación se degradó y erosionó, por lo cual no quedó habilitado para continuar ejerciendo la actividad agrícola. Por ende, la vegetación que creció sólo podía abastecer a los animales que se alimentaban de hierbas crecidas luego de lluvias, o pastizales. Dicha situación, si bien fue una desventaja, se aprovechó de igual manera, por ende la actividad económica que empezó a desarrollarse fue la ganadería, y es así que los animales aprovecharon los suelos erosionados. También hubo espacios de suelo erosionado, en los que creció vegetación mesófita como los espinos que proporcionaban alimento para los animales y también leña para los pobladores. Comenzó así una etapa marcada por la silvicultura, que hasta hoy perdura, se introdujeron especies arbóreas como el eucalipto y el pino, para dar pié a la actividad económica que utiliza recursos leñosos para generar ganancias.
De ésta manera concluíamos la contextualización del terreno al cual nos enfrentábamos, era hora entonces de que nos ocupáramos del emplazamiento, es decir, que descubriéramos detalles más concretos de la relación que establece el humano hoy en día con su entorno geográfico, era el minuto de comenzar a caminar por Las Dichas.
Nuestra primera parada se efectuó en la intersección del camino La playa (F-844) y el viejo camino a Valparaíso (F-840). El camino La Playa fue utilizado por las personas desde hace muchas décadas, ya que conducía a la gente del interior hacia el litoral y por ende al “recurso sal”, recurso económico de vital importancia durante la colonia. Es un camino original, y aunque las rutas se van mejorando a medida que se requieren más servicios, se mantiene muy parecido a lo que fue en un comienzo. A un costado de dicha ruta se encuentra una de las primeras plantaciones artificiales de Chile: una plantación de eucaliptos que como muchas otras fueron impulsadas en la década del 30.
Fue ahí entonces, que inmersos en el paisaje, se facilitó el aprendizaje de diversos antecedentes que conforman piezas importantes en nuestra investigación, ejemplo de ello es la historia: Las Dichas se formó como un pueblo de camino, pues, era un punto de intersección entre el camino y el estero, aquel lugar sirvió como sitio de descanso, en el que se detenían las carretas, momento para que las “vestías” de carga o arrastre tomaran agua, también para que reposaran y repusieran las personas para continuar el trayecto. Los individuos al pararse a un costado del estero, se percataron que en él había oro, pues entonces, comenzó a difundirse dicho lugar y fue de gran éxito (hablamos del siglo XVI y parte del siglo XVII, donde la economía giró en torno a la minería aurífera). De éste relato viene su topónimo “Las Dichas”, pues, para cualquiera era grato transcurrir a dichos terrenos. Es necesario que recalquemos la importancia de la accesibilidad, puesto que es ella la que articula el territorio, por lo demás, permitió que por éste lugar pasara una ruta desde la cual se comenzó a sacar provecho a los recursos encontrados a un costado del camino, y es así como aparecen los asentamientos.
No desligándonos de la historia, pero incluyendo más el paisaje, pudimos ir retirando capas o elementos presentes en él, los cuales nos llevan a discernir hechos, actividades, acciones culturales, sociales o económicas efectuadas en algún periodo, tiempo, década o siglo vivido en Las Dichas. Fue cosa de mirar a nuestro alrededor, y vimos valles cultivados, de lo que inferimos actividades económicas propias del territorio. Encontramos viñas, ubicadas en aquel lugar gracias a las condiciones óptimas de clima, suelos y relieve. El valle de Casa Blanca en general tiene la propiedad de que puede sacar provecho a sus acuíferos (un ejemplo de ello es la Planta de Agua Porvenir), lo cual es un recurso del subsuelo que facilita el desarrollo del regadío, ya que si bien se utilizaron los embalses construidos en la década del 30 bajo el gobierno de Ibañez, en la década siguiente se descubrió que era mucho más económico y expedito utilizar las aguas transportadas por profundidad.
También, descubrimos las diversas etapas y usos que han tenido los suelos que nos rodeaban, siendo el primer periodo marcado por la búsqueda del oro: en los esteros que atravesaban los valles se buscó oro principalmente durante el siglo XVI, en el que la actividad giró en torno a la minería aurífera. Luego, en el siglo XVII Y parte del XVIII la actividad económica que predominó sobre éstos suelos fue agrícola cuya esencia fueron las plantaciones de cereales como el trigo. Debido a la intensiva plantación en el suelo, éste al no tener descanso por rotación se degradó y erosionó, por lo cual no quedó habilitado para continuar ejerciendo la actividad agrícola. Por ende, la vegetación que creció sólo podía abastecer a los animales que se alimentaban de hierbas crecidas luego de lluvias, o pastizales. Dicha situación, si bien fue una desventaja, se aprovechó de igual manera, por ende la actividad económica que empezó a desarrollarse fue la ganadería, y es así que los animales aprovecharon los suelos erosionados. También hubo espacios de suelo erosionado, en los que creció vegetación mesófita como los espinos que proporcionaban alimento para los animales y también leña para los pobladores. Comenzó así una etapa marcada por la silvicultura, que hasta hoy perdura, se introdujeron especies arbóreas como el eucalipto y el pino, para dar pié a la actividad económica que utiliza recursos leñosos para generar ganancias.
De ésta manera concluíamos la contextualización del terreno al cual nos enfrentábamos, era hora entonces de que nos ocupáramos del emplazamiento, es decir, que descubriéramos detalles más concretos de la relación que establece el humano hoy en día con su entorno geográfico, era el minuto de comenzar a caminar por Las Dichas.
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